lunes, 30 de enero de 2012

Palomas sobre la estela de 'El Falán'

Todo fue hace 20 años. O quizás hace tantos lustros que debería haberlo sido. El mundo discográfico tenía una deuda con Sensi Falán, y Ascensión Ruiz Montoya se la ha cobrado en su nombre sin pedir permiso. Sensi-Ascensión se llevó el viernes a centenares de almas chanqueñas al templo de la cultura almeriense[como muy pronto hará por Marruecos] y derrochó de lo que más sabe: cantar y dar cariño. El primer multitudinario recital musical de Sensi lo hizo el día 20 en el Auditorio Municipal 'Maestro Padilla', a sus 50 años de edad. Más tarde de lo que se merecía. Y lo demostró.

Ningún artista almeriense ha subido a ese escenario con la madurez y la templanza con las que lo hizo esa noche esta niña de La Chanca que aún sigue siéndolo. Lo demostró acompañada de 23 excelentes músicos de esta tierra, de una calidad tal que jamás en la historia de los espectáculos de esta capital se había visto junta. Pero no lo hizo para arroparse, sino por esa generosidad innata suya de compartir los grandes momentos con quienes más quiere.

Demostró que no le hacía falta casi nadie cuando para cantar las desventuras de 'El Rey Conde tiene un hijo', uno a uno los músicos fueron dejándola sola con sus palomas chanqueñas y la desvencijada traíña de su padre 'El Falán'. O cuando se apoyó sólo en el hombro del maestro Miguel Saavedra y del piano con el que interpretaron la zamba 'Alfonsina y el mar'; así, al natural, como siempre lo ha hecho ella a la orilla de su Mediterráneo, desde la playa de Las Olas a la antigua Escalinata Real del Puerto, con sólo una guitarra y las voces que le susurraban como un coro entregado a la causa, que no era otra que la de arañar su alma y darle alas a su furia contenida.


'Y vivir de nuevo' es algo más que 15 canciones atrapadas en un CD. Es una difícil selección de la música que ha marcado su vida, cuando el mundo mojaba la orilla de sus sueños. Hoy los enseña con esa lozanía que aún rezuma en la piel, con la viveza que mantiene en su mirada y la gallardía que la sostiene en pie; porque nació con el vigor del arte y la robustez de la sensatez. No es de extrañar por tanto que centenares de palomas la acompañen con orgullo, no sólo para darle aliento sino para recordarle al mundo que los himnos no dan solamente esperanzas, sino también la libertad.

Quizá por eso este disco recupera aquella juventud en la que Sensi adoptaba las reivindicaciones de voces legendarias, rompía tópicos sociales y componía temas con letras de místicos poetas. Así de simples hacía las cosas, como simples son las simples cosas, incluso las que suenan a recordatorio de lo que tuvo que haber sido el pasado y no lo fue; aunque sólo sea para vivir de nuevo.

fotos: Barrios

3 comentarios:

REME dijo...

CON TU PERMISO ME ATREVO A SUSCRIBIR LA PROSA POÉTICA QUE HACES DE NUESTRA QUERIDA SENSI FALAN... LA GRAN MUJER, PERSONA Y ARTISTA...
GRACIAS ANTONIO

ANTONIO SÁNCHEZ DE AMO dijo...

hemos aprendido mucho de ella
un beso

Sensi Falán dijo...

¡Gracias, Antonio! Qué emoción he sentido al leer tu artículo. Cuánto amor y cariño hay en esas línea, cuánta sensibilidad y cuántos buenos recuerdos me trae a la memoria. Te quiero, amigo mío.